DÍA TRES

De la serie Una Guatemalteca en un Ashram 2024

Hoy ya tuve un par más de clases. El horario esta intenso sobre todo porque no me siento totalmente adaptada a esta zona horaria. Aquí siempre a las 6:00am hay neti pot y luego de 7:00 a 9:00 clase de yoga. Los últimos dos días no fui porque me era imposible levantarme temprano. Me dijeron que estaba bien que descansara un poco y más adelante me uniera. Pero me cae mal perderme de tanto así que hoy hice el esfuerzo de levantarme más temprano para por lo menos asistir a las clase de las 7:00am.

Estas clases de la mañana no son parte de mi pensum. Son las clases que el ashram ofrece a diario para todas las personas que están viviendo acá y para las personas de la ciudad de Indore. Llega un montón de gente. Todos son pacientes de Guruji. Da un poco de nervios porque Guruji solo elige al azar a quien le toca dar clase. Siempre elige entre los que estamos estudiando. Hoy me pregunto si quería dar la clase yo. Me dio mucha pena y le dije que aún no estaba lista. Sigo medio zombie y dar clases usando sanscrito e inglés es un reto para mí. Pero no fui la única que no quiso. Fuimos como 4 personas que no nos animamos aún.

No sé ni como logré llegar a esa clase y no quedarme dormida porque anoche solo dormí 3 horas. Recuerdo que la vez pasada que estuve aquí no me costó tanto adaptarme al horario. De hecho en Guate siempre me despierto entre 5:00am y 6:00am así que pensé que no me iba a costar tanto la rutina del ashram. Pero mi cuerpo si está resintiendo todo el trajín. Hoy hasta estoy sintiendo un leve dolor de garganta. Eso me preocupa. No quiero ni mencionar las posibilidades que existen al tener ese síntoma. Me cae mal porque yo me eche el viaje entero con mascarilla intentando prevenir cualquier contagio. Pero claro, aquí hay tres chicas con gripe. Ninguna con mascarilla.

Si me llegará a enfermar sé que aquí me cuidan y tienen los mejores tratamientos ayurvédicos. Todo el propósito de este ashram es la sanación y son famosos por el hospital de Yoga Terapia que tienen. Pero igual, no es el chiste.

En fin, sobreviví a la primera práctica y recibí mi primera clase de Yoga Terapia. Una maravilla. Conocí a una señora que hace 6 días estaba paralizada de la cintura para abajo. El doctor le había dicho que solo podía regresar a caminar con una cirugía. Ella decidió llegar al ashram hace una semana. Hoy la vi caminar. Parece cuento de noches de gloria pero es cierto, lo vi con mis ojos. Ojalá que algún día yo también pueda compartir estos saberes y tener los mismos resultados.

Hoy aprendí una técnica que se llama Yogic Shvsan Ang Sanchalan (YSAS). Básicamente es sanación pránica. El prana es la energía vital del cuerpo. Es lo que nos mantiene vives. Si no hay prana no hay vida en el cuerpo físico. Las dos maneras más inmediatas que tenemos de alimentar prana en el cuerpo es por medio de la respiración y la comida.

YSAS consiste en una combinación de movimientos sutiles con respiraciones profundas para llevar prana a las partes del cuerpo donde hay bloqueos. Lo que me gusta de aquí es que Guruji siempre hace énfasis en que nosotras tenemos que sentirlo en nuestro cuerpo primero para luego compartirlo con los demás. Así que hoy lo hicimos con el lado izquierdo del cuerpo para poder comparar los resultados con las sensaciones del lado derecho. Sentí que me partí a la mitad. El lado derecho del cuerpo se sentía casi muerto. Frío. Mientras que el izquierdo estaba super liviano y calientito. Con esta técnica fue que la señora logro volver a caminar.

Una chica menciono que sentía dolor al hacer el movimiento que nos enseñaron. Guruji dijo que en ningún texto antiguo dice que el yoga no duele y que el dolor tiene que sentirse para poder liberarlo. Creo que al regresar a Guate voy a poner esa frase como un afiche en el estudio. Me hace todo el sentido del mundo. No se trata de evadir lo que duele, se trata de atravesarlo. Yo también tengo que atreverme a guiar mejor a los practicantes para que no tengan miedo cuando sientan dolor. Porque hasta ahora les he dicho que si duele no lo hagan y les ofrezco una variación más suave. Principalmente porque no quiero que nadie se lesione. Pero con lo que estoy aprendiendo aquí creo que ya voy a poder diferenciar entre el dolor que sana y el dolor que lastima.

Es a penas el tercer día y ya tengo muchas ideas de cómo quiero regresar a compartir todo esto en Raíz. Tengo en mente a muchos de los practicantes que llegan a la sala en Guate y he estado haciendo preguntas para saber cómo ayudarlos de mejor manera.

Debo admitir que los últimos meses que estuve dando clases sentía que todo se había vuelto repetitivo. Estaba dando mucha de mi energía y me quedaba vacía. Además ganando poquísimo. Es por eso que este año junto a mi compañera de fórmula de Raíz decidimos subirle el precio a las clases. Tampoco fue un gran aumento pero es necesario que la gente empiece a ver esto como medicina. Sé que los practicantes que tenemos ahora son los que tienen que estar. Los constantes están muy comprometides con su práctica. Es lindo verles crecer y sanar. Les tengo mucho cariño y ya quiero compartirles todo lo aprendido.

Además de Yoga Terapia me apunte al curso de Being Blissful Meditation (BBM). Desde la última vez que estuve aquí sabía que en el futuro iba a tomar ese curso. Ya lo mencioné en un texto anterior, las meditaciones de aquí son increíbles, pura magia.

Hoy tuve la primera clase de BBM. Entendí porque me incomodan tanto las meditaciones con visualizaciones. Que no es que estén mal pero no son tan medicinales como lo son imaginativas. ¿Y de dónde viene la imaginación? De la mente. ¿Y qué es lo que causa dolor y preocupación? La mente. Así que una meditación que realmente logré mover shakti (la energía más pura y potente que todes llevamos por dentro) es una meditación que nos permite ir más allá de la mente.

No es un método de meditación que tiene que ver con quedarse sentada, cerrar los ojos e intentar vaciar la mente. Involucra al cuerpo, a los bandhas (candados energéticos) y mudras (gestos o sellos).

Hoy tuve la primera meditación que me sacó de este mundo. Mi cuerpo se hizo liviano, empezó a temblar y lo único que podía sentir era mi columna vertebral y como parecía que estaba rodeada de pura electricidad. Como que si fuera una de esas estrellitas que quemamos para navidad. Lo escribo ahora y todavía me dan escalofríos de recordarlo.

De verdad deseo de todo corazón que pueda absorber todo esto y replicarlo en Guate. Quiero que todo el mundo lo sienta. Es fascinante.

Además seré la única maestra en toda Guate que estará certificada para enseñar este método. El método que viene directo de mi Guru. Del linaje de Paramanand que pertenece a Karma Akara. El yoga del servicio, de la acción sin apego o expectativas.

Me siento muy dichosa y agradecida por todo este aprendizaje.

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